Te diagnosticaron una enfermedad autoinmune y crees que fue casualidad, que «te tocó a ti», o que la genética es causa inevitable. Crees que este tipo de enfermedades son la «nueva normalidad» y que los cuerpos se atacan a sí mismos sin motivo.
Déjame decirte algo: la realidad no es esa.
La autoinmunidad nunca fue normal en la evolución. ¿Qué sentido tendría un sistema inmunitario disfuncional? Tus antepasados sobrevivieron a hambrunas, guerras, frío y calor… y tú te enfermas veinte veces al año. La cada vez más alta incidencia de infecciones y patologías autoinmunes que vemos hoy es consecuencia directa del desfase entre nuestra biología evolutiva y el estilo de vida moderno.
Evidentemente, el problema te pilló en un momento difícil: mucho estrés, quizás un disgusto personal. Eso contribuyó, sí. Tu genética te predispuso, sí, pero no fue la causa final.
La causa fue tu estado basal: exceso o defecto de ejercicio físico, poco o mal dormir, el estrés mental y una forma de alimentarte durante años que alteró poco a poco tu función digestiva. Esto generó disbiosis, permeabilidad, e inflamación intestinal crónica, déficit de nutrientes, etc. Finalmente, tu sistema inmunitario se volvió «loco»; perdió «tolerancia inmunitaria» y te atacó.
Esto está estudiadísimo, y sin embargo, nadie te dijo, ni te dice, que tu estilo de vida fue, y es, la clave para recuperar el control.
Te dieron antiinflamatorios (para reducir tus propias señales inflamatorias). Te dieron inmunosupresores (para bloquear la actividad de tus linfocitos), aunque disminuyeran tus defensas ante patógenos… Y nadie te ha dicho qué debes hacer para mejorar tu estado, poder reducir la medicación y evitar la cantidad e intensidad de los brotes.
¿Sabes lo que es el mimetismo molecular?
Es sencillamente la razón por la que tu sistema inmunitario comete errores. Moléculas o patógenos que están dentro de ti y no deberían estar (como bacterias o residuos tóxicos), se parecen estructuralmente a proteínas propias. El sistema inmunitario fabrica anticuerpos para combatirlos, y estos anticuerpos terminan dañando tus propias estructuras por confusión. Y esto se puede trabajar y mejorar… Ejemplos de mimetismo molecular son el virus de Epstein Barr y la Esclerosis Múltiple. El Campylobacter Jejuni y el síndrome de Guillain-Barré, entre muchos otros.
Tu sistema inmunitario no está afinado, y eso, en gran parte es por tu mal estado basal. La PNI te enseña cómo mejorarlo. ¿Te animas?
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