Imagen pixabay

Dieta antiinflamatoria. Paleodieta.

 

Hola a todos/as. Aquí les dejo una pequeña reseña del libro “LA SOLUCIÓN AUTOINMUNE”, de la Dra. Amy Myers. Editorial Edaf, 2016.

La Dra. Amy Myers es especialista en Medicina Funcional y Nutrición, y tiene un gran prestigio internacional (www.amymyersmd.com). Su método se inició en base a su propia experiencia personal con una enfermedad autoinmune que no mejoró con la medicina convencional, pero sí con la funcional.

El libro pretende ser una guía de autoayuda para cualquier tipo de patología autoinmune. Evidentemente, también sirve como enfoque para cualquier proceso inflamatorio crónico con la intención de que este no evolucione hacia la autoinmunidad.

La intención de la obra es intentar generar una visión más amplia sobre este tipo de procesos, y empoderar al lector dando recomendaciones y pautas para una vida más activa y saludable. Según la Dra. Amy Myers, en 30 días es posible alcanzar mejoras significativas, pudiendo llegar a la remisión de clínica y prescindiendo incluso de medicación.

Myers dice claramente que ningún abordaje, incluyendo su método, cura definitivamente las dolencias autoinmunes, pues esto supondría una desaparición definitiva de la enfermedad, asunto que científicamente no ha sido demostrado hasta el momento. Sí es accesible para cualquier persona con autoinmunidad la remisión (interrupción en el desarrollo de la enfermedad), o la reducción (situaciones en las que el estado patológico se mantiene en el cuerpo, pero sin producir síntomas).

La Dra. Myers, define el proceso autoinmune como <<aquel en el que un sistema inmunitario sometido a algún tipo de perturbación comienza a atacar a los tejidos del propio cuerpo>>, caso de: artritis reumatoide, crohn, colitis, lupus, psoriasis, esclerosis múltiple, etc., y también enumera un conjunto de síntomas en base a inflamación inmunitaria crónica: acné, alergias, ansiedad, articulaciones inflamadas, asma, alopecia, cálculos biliares, enfermedad alzhéimer, fatiga, fibroides uterinos, infertilidad, obesidad central, trastornos del sueño, etc.

Para la Dra. Myers, los mecanismos a través de los cuales se puede generar una patología autoinmune son tres:

1. Mimetismo molecular. Es la reacción en la que el sistema inmunitario no es capaz de distinguir entre un virus, una bacteria u otra proteína externa que entra en el cuerpo, de algunas estructuras propias similares antigénicamente. Esto quiere decir que el sistema inmunológico puede atacar las propias estructuras corporales mediante reacciones cruzadas.

2. Activación inespecífica. Se produce cuando una infección destruye tejidos, el sistema inmunitario presenta batalla a la infección, pero también ataca a los tejidos corporales propios destruidos, generando memoria inmune específica con posterioridad. Esto puede ocurrir tanto en infecciones bacterianas como en víricas.

3. Antígenos encriptados. Se aplica a los virus, por su capacidad de “secuestrar el ADN celular” necesario para poder replicarse. Sin embargo, el sistema inmunitario ataca de manera conjunta, tanto al virus como a las células infectadas, generando una posterior memoria inmune específica a esos tejidos propios.

La aplicación del método se asienta sobre los principios fundamentales que ella denomina “las cuatro erres”: 1. Rechazar lo malo. 2. Reestablecer lo bueno. 3. Reinocular bacterias intestinales. 4. Reparar tubo digestivo. Todos estos principios se aplican de la siguiente manera:

1. Curando el tubo digestivo, pues en él se asienta aproximadamente el 80% del sistema inmunitario. Para ello es necesario eliminar fitatos, lectinas, saponinas, alcaloides, disruptores endocrinos y un largo etcétera de sustancias presentes en cereales, pseudocereales, legumbres, solanáceas, lácteos, organismos genéticamente modificados, azúcar, alcohol, cafeína, etc. También controlar medicamentos antiácidos, antibióticos, anticonceptivos, prednisona, ácido acetilsalicílico, ibuprofeno, porque todos ellos dan lugar mediante diferentes mecanismos a mala función intestinal asociada a un intestino dañado y permeable.
Para mejorar el estado del tubo digestivo es conveniente favorecer su funcionalidad a través de diferentes suplementos alimenticios como probióticos, enzimas digestivas o aminoácidos reparadores como L glutamina.

2. Manteniendo bajo control las toxinas ambientales presentes en todo tipo de compuestos químicos del agua, aire, alimentos, cosméticos y utensilios de cocina. Para ello se propone ventilar los espacios o usar filtros de aire HEPA, filtros de agua, eliminar envases de plásticos con bisfenol A, eliminar el teflón en los utensilios de cocina, productos de higiene corporal y cosméticos con alto contenido en sintéticos, metales pesados (atún, pez espada, amalgamas dentales filtradas…), alimentos contaminados con pesticidas, o productos con modificación genética.

3. Tratando las infecciones de parásitos, levaduras y sobrecrecimiento bacteriano intestinal (SIBO), mediante dieta estricta, que por sí sola dará lugar a una mejor proporción de microorganismos, y el uso de suplementación como ácido caprílico, o un compuesto enzimático denominado “candisol” para las levaduras.

4. Aliviar el estrés físico, mental o emocional.

Algunas reflexiones personales sobre el libro

Escribe la Dra. Myers que todas las patologías autoinmunes tienen siempre un componente genético, y que para los pacientes suele ser común escuchar que “los genes son la clave y que no hay nada que hacer para prevenir o revertir los procesos”. Estoy totalmente de acuerdo con este planteamiento, al que además añado el comentario tan conocido en psiconeuroinmunología: “la genética predispone, y el estilo de vida dispone”, y es que definitivamente la genética puede predisponer para muchas enfermedades o padecimientos, pero es el estilo de vida (alimentación adecuada, suplementación, descanso, distrés, radicales libres, tóxicos, etc.) es el que activa o dispara cambios genéticos para que se desencadenen determinadas patologías o no.

Dicho esto, cualquier persona debe saber que, si bien es vedad que una patología autoinmune siempre estará presente durante toda su vida una vez se ha desencadenado, el hecho de que esta actúe de manera muy fuerte o virulenta, o no tanto, está en manos del paciente si está bien asesorado respecto al estilo de vida. Esto último es normalmente desconocido por parte del paciente. Hoy sabemos que hacer que el sistema inmune esté tranquilo y genere tolerancia para no atacar a las propias estructuras es posible en todos los casos.

Otra crítica que expone la Dra. Amy, es que los órganos y los sistemas fueron separados para estudiarlos y comprenderlos mejor durante la formación académica médica, exportándose posteriormente este modelo a la clínica asistencial. El gran problema es que funcionalmente los órganos y sistemas fisiológicos no pueden separarse, pues actualmente sabemos que la salud funciona como un “todo integral interconectado”, en el que algunos derivados de sistemas fisiológicos activan, modulan e inhiben a otros. Evidentemente, actualmente es totalmente aceptado científicamente que no podemos separar lo que pasa en el intestino de lo que ocurre en el encéfalo, o la gran influencia de la actividad física para modular algunos órganos y sistemas corporales.

Como última exposición que considero interesante de la Dra. Amy y con la que estoy de acuerdo, es que si alguien padece una enfermedad autoinmune en las articulaciones acabará con seguridad en la consulta de un reumatólogo, si el proceso es en el intestino acabará en un digestivo, etc., y si el problema ataca a varios órganos y sistemas fisiológicos, el paciente terminará siendo tratado por diferentes especialistas médicos. En ningún momento dentro de los sistemas de salud se generará con tranquilidad y tiempo una visión terapéutica global e integral con el sentido reflexivo y pedagógico suficiente, y honestamente creo que este enfoque, aunque sea de manera complementaria, es muy valioso y de gran efecto terapéutico, en el que deben tenerse en cuenta no solo aspectos médicos, nutricionales, suplementación, ejercicio físico, factores biomecánicos, etc., sino también el entorno social y cultural que influye en la persona, como también las creencias, pensamientos o vivencias personales, que muchas veces desencadenan respuestas fisiológicas automáticas e inconscientes que fijan un “estado patológico”.

Considero que es un buen libro de autoayuda para personas con autoinmunidad o alteraciones inflamatorias crónicas, y que además está muy en consonancia con la PNI (psiconeuroinmunología). Saludos, y que la salud les acompañe.

ReActiva. Fisioterapia y Psiconeuroinmunología.
622240008

Call Now Button
PEDIR CITA